PREPARATIVOS
13
- 19 de Julio
Se realizó una introducción a la historia de Riosucio, el
Carnaval y el resguardo Escopetera Pirza por parte de los profesores Alexander
Cardona y Santiago Restrepo.
Nuestro primer viaje se realizó en el marco de la
Instauración de la república del Carnaval y para esto debíamos tener nuestra
propia capa y máscara, así que en este tiempo nos dedicamos a confeccionar algo
que nos diferenciara como miembros de la U.P.B ante los asistentes al evento.
VISITA NÚMERO 1
20 - 22 de Julio
Nos reunimos a las 4 de la mañana en la entrada principal de la UPB (Laureles) el equipo de estudiantes y parte de los profesores pertenecientes al proyecto, para empezar con un recorrido que no sólo nos llevaría a Riosucio sino también que nos haría caer en cuenta de la magnitud e importancia del proyecto. Tras 4 horas de viaje nos recibió una mujer fuerte, líder, y segura su nombre: Marta Cecilia Delgado, quien desde un principio ha sido efectivamente la que ha liderado este proyecto y la que se encargó de mostrarnos a nosotros personas de un contexto académico toda la belleza de sus tierras y la riqueza de su cultura.
Tras llegar a Riosucio, seguimos con nuestro camino hasta llegar a un corregimiento llamado Bonafont, de este partimos en un Jeep que nos llevaría hasta la casa finca de Marta, el día pintaba ajetreado, y así fue, llegando a la casa de Marta nos encontramos con la primera actividad del cronograma: Ir a la casa de El Duende, en este recorrido Adriana (sobrina de Marta y estudiante de Etnoeducación) nos iba contando como poco a poco este sector había querido ir reestructurando su cosmogonía y creencias que ya habían perdido en el proceso de mestizaje del sector.
Al llegar a nuestro destino, nos recibió un personaje carismático, cariñoso, sobretodo muy amable apodado "El Duende" (quien también hace parte de la ya mencionada familia Delgado), ya estando en su casa empezamos con nuestra verdadera trocha y caminata, atravesando lugares que no están planeados para ser caminados por personas, praderas, rocas y pequeños acantilados todo esto para llegar a un lugar llamado: La piedra Herrada. Frente a un río, una roca monumental de forma concava y con petroglifos ancestrales nos esperaba y nos mostraba como ni los años ni la globalización y la modernización de la cultura occidental, podían eliminar los trazos y los significados que se encuentran en esta piedra. Fue un largo camino, pero que finalmente tuvo su recompensa al captar más que nuestra atención, nuestra admiración con este panorama.
Después de esto, la señora Martha nos explicó una parte del significado del mural que se encuentra en uno de los pasillos de su casa de campo
Al otro día, sábado en las horas de la mañana un poco cansados por el trayecto del día anterior pero con todos los ánimos renovados, nos dirigimos a un nuevo lugar sagrado este se llamaba: El cerro Picará. Cuando llegamos al lugar en donde empezaría nuestro camino, notamos que era una gran montaña y que incluso muchas de nosotras nunca nos habíamos enfrentado a algo así; al empezar a subir notamos como las panorámicas que se podían ver desde el lugar eran preciosísimas, desde allí se podía ver parte de la cordillera central, se podía ver todo Bonafont, y muchos paisajes que nos hacían ir pensando que seguir subiendo valía muchísimo más la pena. Tras 40 minutos de caminata, nos detuvimos un rato para descansar y para prepararnos hacia lo que verdaderamente habíamos ido a vivir a este cerro: una experiencia completamente espiritual.
Tenían para nosotros Marta, la gobernadora del sector y otros líderes indígenas de Bonafont, preparado para nosotros: un rito de iniciación, el cual nos permitiría estar en cercanía con ellos no sólo de forma física sino también espiritual como su cosmogonía Embera lo considera mejor.
Velas, chicha, tabaco, instrumentos indígenas, chaquiras, ron, vino, romero, albahaca y otros elementos fueron empleados en este momento, en donde cada uno logró hacer una interiorización y dimensionar realmente que era un momento espiritual, y que sentirse tocado por este ambiente que se vivía y que nos permitía liberarnos de muchas malas energías, era algo completamente normal.
Al bajar del cerro Picará, nuestro equipo académico quiso preparar algo para la comunidad para realizarlo al interior del resguardo, y era que nos pintaran nuestros trajes que usaríamos para ese mismo día en la noche. Queríamos que nos permearan de ellos, que nos pintaran, que nos mezclaran y que nos sintieran como personas más próximas a ellos, fue un momento en el que no sólo participaron los líderes indígenas sino también algunos niños del resguardo, que nos permitió mostrarles que no sólo estábamos allí para que nos dieran de si, estábamos allí para compartir y para darles de nosotros.
Tras ese día, lleno de actividades y aprendizajes, aún nos quedaba algo más por vivir y presenciar: La instauración de la República del Carnaval. Fue un desfile, fue una experiencia. Eramos parte de un Carnaval que sólo desde su inauguración, ya deja mucho por desear sobre cómo sera su celebración en enero. Un carnaval que se hace cada dos años tiene algo importante y es que siempre está lleno de energía, el pueblo entero se prepara, vimos máscaras imponentes, lentejuelas, cachos, capas y hasta marimondas, fue una noche que estuvo llena de vigor y color. En donde era imposible no dejarse contagiar de tanta viveza. Cada cuadrilla tenía una sincronía en sus trajes, "pasacalle" o pancarta y movimientos que permitían identificarle como unidad, la nuestra no contaba con nada que dijera quiénes eramos, a quién representabamos o de dónde veníamos, no teníamos tampoco una coreografía planeada, pero todo esto se unió y supimos sacarle lo bueno llenándonos de una energía que se salía de lo racional y que nos permitía estar en una sinergia inigualable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario